El panorama económico para las empresas en España ha sido cada vez más desafiante durante el último año. Un estudio reciente realizado por una empresa de servicios de gestión de créditos reveló que el 60% de las empresas del país experimentaron impagos en 2022. Esta situación ha generado preocupación entre el empresariado español debido a varios factores que se han conjurado para aumentar el riesgo de incumplimientos y poner en jaque la viabilidad de muchas compañías.
Uno de los principales factores que ha contribuido a esta problemática es la subida de los tipos de interés. Junto con un clima generalizado de incertidumbre económica, el fin del periodo de carencia de los créditos ICO y el vencimiento de la moratoria de la Ley Concursal, los últimos meses han sido especialmente complicados para las pymes españolas. La combinación de estos elementos ha llevado a que el 65% de las empresas estén más preocupadas que nunca por la capacidad de pago de sus deudores, lo que ha llevado a frenar inversiones y planes de expansión.
Siete puntos por encima de la media europea
En comparación con otros países europeos, España se encuentra en una posición preocupante. El estudio muestra que estamos siete puntos por encima de la media europea en términos de empresas preocupadas por la capacidad de pago de sus clientes. Si bien Estonia lidera el ranking en riesgos de impagos para los próximos 12 meses, España se coloca en el segundo lugar con un 65% de preocupación, mientras países como Italia, Reino Unido, Francia, Portugal y Alemania también registran cifras significativas.
El desafío más común al que enfrentan las empresas españolas es el aumento de la inflación. Los empresarios consideran como el principal motivo que pondrá en riesgo la capacidad de pago de sus clientes. Los tipos de interés, la regulación y el compliance también se mencionan como preocupaciones adicionales.
La persecución de los pagos pendientes también ha sido una tarea que ha demandado un esfuerzo considerable para las empresas. De hecho, se estima que las compañías españolas pierden más de 26.000 millones de euros al año en el seguimiento de estos cobros, lo que equivale a 81 días de trabajo al año en promedio, siete días más que la media europea. Solo en algunos países como Finlandia, Polonia, Alemania e Italia, las empresas invierten más tiempo en esta tarea.
La magnitud de esta situación también se refleja en el hecho de que el 82% de las empresas encuestadas en España ha recibido solicitudes de sus clientes para aceptar plazos de pago más largos. Esto indica que los consumidores, empresas y administraciones públicas están enfrentando dificultades para cumplir con sus obligaciones en los plazos acordados, lo que afecta negativamente la liquidez y la operatividad de las empresas españolas.
La falta de prontitud en el cobro de facturas ha afectado especialmente a la economía española en comparación con otros países europeos. El informe destaca que España es el quinto país donde las empresas dedican más tiempo a conseguir el cobro de sus facturas, siendo el doble que en países como Irlanda.
En conclusión, la situación de impagos y retrasos en los cobros representa un desafío significativo para la economía española y, especialmente, para las pequeñas y medianas empresas. La incertidumbre económica, la subida de los tipos de interés y otros factores han llevado a un escenario en el que muchas compañías ven amenazada su viabilidad y han tenido que frenar sus planes de inversión y expansión.
Es fundamental que se tomen medidas adecuadas para abordar esta problemática y brindar un entorno más estable y favorable para el desarrollo empresarial en España. Solo así se podrá impulsar la recuperación económica y el crecimiento sostenible.
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